| INICIO | DESTINOS | EXPRESIONES | CONTACTO | HISTORIA | GLOSARIO | FACEBOOK | NOTAS




Por Edilberto Ríos



Como todos los años, desde la época prehispánica, el rito de convivencia entre vivos y muertos se hace presente en Mixquic: la ceremonia de días de muertos es una explosión de colores, sentimientos y aromas.

calavera OFRENDA EN MIXQUIC


DÍAS DE MUERTOS EN MIXQUIC

La celebración hacia los muertos se hace presente en todo el territorio nacional; los últimos días de octubre y principios de noviembre las casas de todo el país se visten de colores, olores y solemnidad para recibir las almas de los parientes difuntos y San Andrés Mixquic es uno de los lugares donde se ha logrado conservar estas ancestrales tradiciones a la muerte. El evento atrae a miles de turistas que, desde el 31 de octubre al 2 de noviembre, se unen para celebrar el tradicional rito de convivencia entre vivos y muertos; primero en las casas y calles, después en el cementerio.

Para los habitantes de San Andrés Mixquic, pueblo asentado en la parte oriental de la Delegación Tláhuac, al sur de la Ciudad de México, los Días de Muertos y su celebración es una tradición transmitida de generación en generación que se remonta a la época prehispánica. Para los mixquenses honrar a la muerte es una cuestión vital que llevan a cabo con seriedad y respeto.

Algunas personas en San Andrés Mixquic (como en otros lugares del país) el inicio de la celebración de Días de Muertos inicia el 28 de octubre, en donde la creencia dicta que en esta fecha las almas de sus parientes fallecidos en accidentes acuden a visitar a los vivos. Para recibir a los muertos de las familias primero se realiza la preparación de las casas y el sepulcro con días de anticipación; estas deben asearse y adornarse para que las ánimas encuentren reposo durante su visita. Para esta recepción las familias se aprestan a colocar en el altar familiar las ofrendas que , además de poseer agua, sal, cirios o velas, copal o incienso, flores, pan, se colocan elementos que en vida eran el gozo para el familiar, además por la noche se reza un rosario.

EL CAMPANERO

En otros hogares el culto comienza el 31 de octubre, este día hace su aparición uno de los personajes más importantes dentro del rito: El Campanero, quien es el encargado de indicar con el repique de las campanas los instantes solemnes del culto. Al medio día del 31 de octubre el campanero hace sonar las campanas de la Parroquia de San Andrés Apóstol dando doce repiques, lo cual indica la llegada de las ánimas de los niños. En ese momento en los hogares ya se encuentra preparada la ofrenda para las ánimas de los infantes, se coloca un cirio pequeño, agua, un poco de sal y flores blancas, lo que indica que se está recibiendo las almas de los niños; además, se riegan pétalos de flores blancas desde la puerta de entrada del hogar hasta el altar. El día siguiente (1º de noviembre), conocido en el calendario católico como “Día de todos los Santos”, se celebra, además de las almas de los niños, el arribo de las almas de los jóvenes difuntos conocidos como “Angelitos”. Por la mañana se ofrendan alimentos para las almas de los pequeños. A las doce del medio día repican nuevamente 12 campanadas indicando que se van las almas de los niños y, a la vez, la llegada de las ánimas de los adultos. A las 3 de la tarde se escucha el doblar de las campanas invitando a las familias a recordar a sus parientes haciendo oración; al término de la misma cada uno de los presentes en el hogar enciende una vela, la coloca en la ofrenda y la ofrece al difunto.

LA HORA DEL CAMPANERO

A partir de las 19:00 horas repican nuevamente las campanas llamando a esta “la hora del campanero”, en la cual se reúnen grupos de niños y jóvenes que en el transcurso de la tarde-noche recorren las calles y casas vecinas llevando consigo una campanita y un costal, visitan los hogares vecinos, cantan, rezan y piden ofrenda diciendo: “A las ánimas benditas les ponemos sus velitas. ¡Campanero mi tamal!

Al día siguiente (2 de noviembre) por la mañana se pone en el altar el desayuno para las almas adultas.

LA ALUMBRADA O NOCHE DE LAS VELAS

LA ALUMBRADAA partir de las 18:00 horas del día 2 de noviembre los habitantes de Mixquic se encaminan hacia el panteón, llevando gran cantidad de velas, incienso y flores, algunos en su recorrido se van alumbrando con las velas, otros se esperan a llegar a la tumba de su ser querido, anteriormente se alumbraban con antorchas alimentadas con rajas de ocote. Ya en el panteón todas las tumbas son iluminadas con las velas y se aromatiza con el incienso, la escena es un espectáculo increíble donde permea el misticismo y la comunión entre vivos y muertos. Durante la noche, en medio de oraciones y cantos, los habitantes del pueblo de Mixquic permanecen al lado de las tumbas de sus deudos. Entre rezos y luces, la comunión entre vivos y muertos se mantiene y mientras transcurre la noche la luz alumbrará a las ánimas en su camino de regreso. A la mañana siguiente comienza el intercambio de ofrendas entre parientes y amigos, se recogen las velas y mucha gente regresa a sus casas para entonces iniciar la permuta de las ofrendas; es hora de comer el alimento que se les guardo a las almas. Así concluye esta celebración que año con año en Mixquic, con su toque de alegría y unión entre todos, se establece un puente entre la vida y la muerte, entre el presente y el pasado y, aunque resulte paradójico, honrar a la Muerte es algo que se lleva con seriedad y respeto, conocedores de sus raíces, su historia y trascendencia.




CONOCE MéXICO

HISTORIA DEL CULTO A LOS MUERTOS EN MIXQUIC




Derechos Reservados ® Conoce y Descubre México. Edilberto Ríos. México 2012

Esta es una producción independiente destinada a presentar los espacios turísticos de la República Mexicana.